Hoy en día, es más frecuente los problemas de seguridad relacionados a fraudes digitales. Según Integral Ad Science, el primer descubrimiento de fraude fue en 2018 por un solo botnet, el cual aumentó significativamente la actividad de suplantación de dominios desde noviembre hasta septiembre de ese año, sólo en ese tiempo se afectó a más de 600 millones de anuncios que se vieron perjudicados con la retención de parte de la inversión en medios.
Se define al bot como un software que programa ciertas tareas que un humano tendría que hacer invirtiendo mucho tiempo en realizarlas. Por ejemplo, cuando quieres activar una alarma en tu celular mediante un comando de voz o configurar respuestas automáticas en redes sociales en realidad es un bot quien lo ejecuta.
En el mundo de la publicidad los archivos Ads.txt tienen la tarea de evitar el fraude enlistando todas las compañías autorizadas en vender anuncios. Este archivo, expone cuando un anunciante realiza una compra de un anuncio a un editor o proveedor de tecnología publicitaria que ha sido previamente acreditado. Evitando que existan vendedores ilícitos que ofrezcan inventarios y dominios falsos.
Tras la definición de los Ads.txt se puede precisar que el 404bot en un suplantador de dominios que permite a los estafadores sustituir la URL de un editor y reemplazarla por URL’s fabricadas; esta acción roba parte de la inversión en medios ya que al ser una página inexistente no hay inventario, pero figura como una compra legitima de un vendedor autorizado.
Como el 404bot sustituye URL’s, en su mayoría son inexistentes, al ser abiertas redireccionan al mensaje de error 404, es por ello la razón de su nombre.
Se estima que desde el 2018 este bot ha generado más de $15 millones en publicidad afectando a alrededor 1,500 millones de anuncios asumiendo que el CPM por estos es de sólo una cifra en dólares y que de los cuales, su mayoría son de video.
Hasta ahora no se ha encontrado una solución real ante esta situación, sin embargo, se ha identificado que el problema está en que mientras más largas sean las listas de Ads.txt más difícil será detectar un estafador que podría estar ocultándose en ella, complicando la auditoria a vendedores no autorizados.